
Si entendemos que la naturaleza intrínseca de un niño es crecer, madurar y alcanzar su máximo potencial, entonces como adultos, nuestra intención al relacionarnos con ellos debe ser la de acompañar y cuidar ese proceso de desarrollo.
Acompañar y cuidar implica un enfoque muy diferente al de forzar e imponer tareas, emociones y conocimientos que pueden estar fuera del interés natural del niño. Imaginemos un escenario en el que el niño está completamente involucrado en una actividad, disfrutando de ella, sintiendo curiosidad y asombro. En esta situación, los recursos de su personalidad se activan de manera armoniosa, lo que facilita su integración y crecimiento.
Como adultos, es fundamental que nos planteemos una pregunta esencial cuando interactuamos con un niño: ¿Lo que ofrecemos en este momento se alinea con la naturaleza del acompañamiento o estamos imponiendo algo que va en contra de su propio ritmo y desarrollo? El cuidado y la guía respetuosa son las claves para apoyar el crecimiento y la madurez de nuestros hijos.
José de Jesús Ochoa Tabares
Favoreciendo el desarrollo del niño por medio de la interacción
Especialista en PPA
https://www.practica-aucouturier-gdl.com/
333 201 5851